martes, 16 de agosto de 2011

Gaziantep y Mardin

Como ya expliqué en el anterior post del blog el pasado viernes llegamos a la ciudad de Gaziantep, dejando atras el monte Nemrut y sus cabezas.



En Gaziantep realmente no hay mucho que ver, es una ciudad de unos 2 millones de habitantes y situada a una hora de la frontera con Siria (buen rollito), pero desde mi punto de vista era la primera ciudad para hacer contacto con el Kurdistan.

Por lo que se ve los kurdos son aún más hospitalarios, si cabe, que los turcos. Entre eso y que allí si eres un invitado no puedes (literalmente) pagar nada porque si lo intentas el que te aloja se enfada. Estuvimos 3 días y no me dejaban ni pagar una botella de agua o el billete de bus. Me llevaron a comer y cenar a sitios realmente buenos, y con una comida riquisima, y ni el postre pude pagar, de hecho Gokhar (el chico que nos alojaba) y Ali (el que nos llevo al restaurante) discutieron porque los dos querían pagar porque a su modo de ver eramos invitados de los dos.

Ayer decidimos proseguir nuestra aventura y adentrarnos en la zona kurda, gracias al levantamiento de dedo nos subimos a un camión que iba hacia Dıyarbakir, a unos 100 km al norte de donde ibamos, así que había que hacer transbordo cerca de Sanlıurfa. El camionero paró a comer y como es costumbre nos invitó, pese a que le dijimos claramente que no hacía falta.



En dicha parada no sólo nos encontramos con el tractor de El equipo A sino que el camionero preguntó a otro si iba en nuestra dirección, la respuesta fue afirmativa y con él que nos fuimos. Aparecimos en un pueblo a 15 km de la frontera con Irak (mas buen rollito) y que según nos contaron es junto a varios pueblos territorio de los terroristas kurdos (se puede mejorar el buen rollismo?), así que nos recomendaron que estos pueblos los hicieramos en dolmus y no a dedo. Como no somos tan tontos como pueda parecer les hicimos caso y llegamos a Mardin. Una ciudad de calles pequeñas en una montaña y con un castillo coronándola. Hace un calor de pelotas y desde aquí se divisa el desierto que no veas, ganicas de vivir aquí la verdad es que no da pero el pueblo en si tiene su encanto.



Mañana partiremos hacia Midyat y Hasankaef sin hacer autostop (por lo que ya he contado). Y mientras tanto estamos planeando una buena aventura para la semana que viene, pero eso ya se verá.
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